viernes, 1 de agosto de 2014

Causas de
 la II Guerra Mundial. 

La insatisfacción alemana por el tratado de Versalles y el ascenso de Hitler y el 
nazismo al poder, y su alianza con otras potencias totalitarias igualmente 
expansionistas (Italia y Japón) van a ser las causas principales del estallido de una 
nueva guerra que se desarrollará en Europa, África y Asia; y en la que participarán 
ejércitos de los cinco continentes. Una guerra tremendamente destructiva donde los 
muertos ascienden a 55 millones y sus consecuencias van a estar presentes casi hasta 
nuestros días. 
 Después de la incorporación de varios territorios por Hitler (Austria, 
Sudetes,...) se produce la invasión de Polonia el 1 de septiembre de 1939, este hecho 
motivó la declaración de guerra a Alemania por parte de Francia y Gran Bretaña, la 
guerra duraría hasta 1945. 
Para el estudio del tema lo hemos dividido en tres partes. La primera es la 
evolución de las relaciones internacionales antes de la guerra. La segunda las causas 
generales, las que se veían venir desde hacía tiempo: deseo de revancha de Hitler y la 
aplicación de la ideología nazi, pacifismo de las democracias occidentales que no 
desean una nueva guerra (política de apaciguamiento con Hitler), rivalidad económica, 
la crisis de 1929 y el rearme de los países... Y, la tercera parte, la que denominamos las
causas inmediatas, las que determinan el estallido de la guerra, en éstas hacemos 
alusión a los distintos pasos que van dando Hitler y Mussolini incorporándose territorios 
hasta que las democracias occidentales les declaran la guerra. 

I. LAS RELACIONES INTERNACIONALES ENTRE 1933 Y 1939:
EL CAMINO HACIA LA GUERRA, LAS POTENCIAS SE VAN
COLOCANDO. 

El año 1933 es el año de ascenso al poder de Hitler, con su política revanchista y la promesa de acabar con el desempleo en Alemania consiguió el apoyo de un gran número de ciudadanos. Una vez consolidado en el poder se encargó de acabar con las instituciones democráticas e inició un rearme que llevaría a la II Guerra Mundial. Pero no es sólo Hitler el causante de la guerra. Las demás potencias viendo el cariz que estaban tomando los acontecimientos en Europa se aprestaron a consolidar alianzas militares contra Alemania. Se rompía definitivamente el principio de la seguridad colectiva que era sustituido por pactos militares entre las grandes potencias. 

1. El viraje franco-soviético. 
Tras el ascenso de Hitler Francia se siente de nuevo obsesionada con Alemania, 
en ese clima busca una aproximación a la Rusia Soviética, potencia con la que no 
mantenía ningún tipo de relación y hacia la que mostraba hasta entonces sólo signos de 
hostilidad. Alemania, a su vez, se siente cercada y moralmente desligada de los 
acuerdos de Locarno, esto hará aumentar aún más la tensión. La aproximación entre 
Francia y la U.R.S.S. se materializa en Stresa, donde se reúnen los ministros de asuntos 
exteriores de Francia, la U.R.S.S. e Italia; si en Locarno la Unión Soviética había 
quedado marginada, ahora era Alemania. 

2. El viraje británico o ruptura entre Gran Bretaña e Italia. 
La Italia fascista inicia la conquista de Etiopía, Gran Bretaña duda, si busca el 
equilibrio debe apoyar a Italia para consolidar un frente contra Alemania, si busca la 
seguridad colectiva debe apoyar las sanciones de la S.D.N. contra Italia; opta por lo 
segundo y aunque al final se llegue a algún tipo de aproximación, el entendimiento es 
imposible. 

3. El viraje italiano o alianza entre Italia y Alemania. En 1934 Italia había afirmado que no reconocería nunca la anexión de Austria por Alemania. En 1936 el ambiente había cambiado, Italia estaba aislada por la conquista de Etiopía y Alemania era el único país que reconocía sus conquistas. El nuevo ministro de asuntos exteriores italiano –el conde Ciano- viaja a Berlín donde colabora con los nazis en la ayuda al bando nacionalista en la Guerra Civil Española, además entra con Alemania y Japón en el pacto Antikomintern (anticomunista), el apoyo italiano dejaba a Hitler las manos libres contra Austria, Checoslovaquia... 

4. El viraje germano-soviético. 
Si había en Europa dos regímenes incompatibles estos eran Alemania y la Unión 
Soviética. Stalin ante la amenaza que suponía Alemania no había obtenido ningún 
apoyo concreto de Gran Bretaña y Francia (el pacto franco-soviético no había cubierto 
las expectativas de Stalin) y no deseaba enfrentarse él solo a la maquinaria bélicaalemana. Hitler si quería conquistar Polonia debía asegurarse la neutralidad rusa. Estos intereses hacen que se firme el 23 de agosto de 1939 el pacto de no-agresión entre estos dos países. El 1 de septiembre Hitler invadía Polonia. 


II. CAUSAS GENERALES.

1. Hitler y el deseo de revancha. Ya sabemos que el Tratado de Versalles por el que se ponía fin a la I Guerra Mundial fue una humillación para Alemania, más que un tratado fue una imposición. Alemania perdía parte de sus territorios (Alsacia, Lorena...). Se prohibió que se rearmara el ejército alemán y que tuviera unidades militares en las proximidades del Rin (Renania). Por si fuera poco, Alemania tenía que hacer frente a una desorbitada indemnización de guerra que pagaría, sobre todo, a Francia, país que no dudó en ocupar la zona del Ruhr en 1923 para cobrarse la deuda, al no poder pagar el gobierno alemán ese año. El odio hacia los franceses y el orgullo nacional herido por Versalles van a ser aprovechados por Hitler para ascender al poder, su doctrina es la venganza. Con la reducción del paro de 6 millones a sólo 400.000 se va a ganar la simpatía y el apoyo de su pueblo y Hitler, tras la eliminación violenta de todo tipo de oposición, va a poner en práctica una política agresiva que le va a llevar, no sólo a rechazar las cláusulas de Versalles, sino a conquistar un buen número de territorios en Europa central. 

2. La ideología expansionista de Hitler: la teoría del espacio vital. Ya veíamos anteriormente los puntos básicos de la ideología de Hitler, recordemos en concreto los que hacen referencia a su expansionismo. El pensamiento de Hitler es ultranacionalista, para él la nación alemana está llamada a grandes designios. El territorio de Alemania es insuficiente para mantener a una población en continuo crecimiento, es la teoría del espacio vital (lebensraum), y basándose en ella reclamará el expansionismo territorial y la incorporación a Alemania de todos los territorios de lengua alemana, y aquellos en los que los alemanes sean demográficamente mayoría: Austria, los Sudetes en Checoslovaquia... pero no se quedará sólo en eso y aspirará a controlar todo el continente. Recordemos que las ideas expansionistas son también propias de Mussolini (invasión de Etiopía en 1936, Albania...) y de Japón que lo practica desde antes (Manchuria, 1931). 3. Las democracias occidentales y el apaciguamiento.  Frente al resurgimiento del militarismo y el triunfo de las ideas de Hitler en Alemania, las potencias que firmaron el tratado de Versalles sólo muestran preocupación. Frente a las democracias han ascendido en Europa dos tipos de regímenes totalitarios: el comunismo en Rusia y el fascismo y nazismo en Italia y Alemania, las democracias empiezan a ser minoría. En Gran Bretaña y Francia la juventud era pacifista, no quería que se repitiera una nueva tragedia y estaban dispuestos a ceder ante Hitler fiándose de su palabra: cada vez que incorporaba un territorio se mostraba 
satisfecho y decía que ese era el último; Gran Bretaña y Francia creían que se había evitado la guerra. En el interior de estas democracias también surgen partidos de corte fascista (en Bélgica, Francia y Gran Bretaña),y, aunque siempre fueron minoritarios, sí fueron muy activos. Estados Unidos en tiempos de Roosevelt vivía en un espléndido aislamiento, desentendido totalmente de lo que pasaba en Europa.


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